miércoles, 27 de octubre de 2010

LA MAGDALENA JACOBEA DE PROUST Y LA FUGACIDAD ILUMINATIVA

Leyendo "La conexión divina", de Francisco J. Rubia (libro que recomiendo), he leído el "rapto" o "apertura psíquica", "vuelo del alma", "intuición sutil" o como queramos llamarlo, que tuvo Marcel Proust, inesperadamente y ante un hecho banal, tal como lo relata en su memorística obra En busca del tiempo perdido, concretamente en su parte primera, Por el camino de Swann.

Hete aquí la traducción (traductor-traidor):

"Hacía ya muchos años que no existía para mí de Combray más que el escenario y el drama del momento de acostarme, cuando un día de invierno, al volver a casa, mi madre, viendo que yo tenía frío, me propuso que tomara, en contra de mi costumbre, una taza de té [en realidad, tila, no té]. Primero dije que no, pero luego, sin saber por qué, volví de mi acuerdo. Mandó mi madre por uno de esos bollos que tienen por molde una valva de concha de peregrino. Y muy pronto, abrumado por el triste día que había pasado y por la perspectiva de otro tan melancólico por venir, me llevé a los labios una cucharada de té en el que había echado un trozo de magdalena. Pero en el mismo instante en que aquel trago, con las migas del bollo, tocó mi paladar, me estremecí, fija mi atención en algo extraordinario que ocurría en mi interior. Un placer delicioso me invadió, me aisló, sin noción de lo que lo causaba. Y él me convirtió las vicisitudes de mi vida en indiferentes, sus desastres en inofensivos y su brevedad en ilusoria, todo del mismo modo que opera el amor, llenándose de una esencia preciosa; pero, mejor dicho, esa esencia no es que estuviera en mí, es que era yo mismo. Dejé de sentirme mediocre, contingente y mortal. ¿De dónde podría venirme aquella alegría tan fuerte? Me daba cuenta de que iba unida al sabor del té y del bollo, pero le excedía en mucho, y no debía de ser de la misma naturaleza".


El texto que más nos afecta, para este blog jacobeo, es el siguiente:  "... un de ces gâteaux courts et dodus appelés Petites Madeleines qui semblaient avoir été moulées dans la valve rainurée d’une coquille de Saint-Jacques. ";  esto es: " ... una de esas tortas bajitas y regordetas llamadas magdalenas cuyos moldes parecen haber sido valvas ranuradas de conchas de Santiago."   Y estas conchas de Santiago son las veneras o vieiras.

La magdalena de Proust -que ha originado múltiples reflexiones desde entonces- no es la típica española, sino un tipo de magdalena muy famoso en Lorena y que se expandió por el Camino de Santiago, denominada  de  Commercy.

Mas, lo que a mí realmente me interesa, es destacar cómo, en cualquier momento y lugar, sin buscarlo, en un aquí y ahora no preparado, "resuena" algo dentro del alma y acaece un "estado supraconsciente".





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